Es algo básico pero completamente necesario. Ya sabemos cómo puede afectar el calor a los componentes electrónicos y los computadores no son una excepción. Aunque cuenten con un sistema de refrigeración activa son propensos a acumular polvo y suciedad con el uso que puede acabar reduciendo su efectividad.

Lo mejor forma es hacer una limpieza a fondo del equipo cada año utilizando brochas en seco y botes de aire comprimido. También es recomendable cambiar la pasta térmica de los componentes que la utilicen cada dos o tres años, ya que con el paso del tiempo puede degradarse y perder efectividad.

 También es importante asegurarnos de que el sistema de ventilación que utiliza nuestro computador es el apropiado a los componentes que utiliza, ya que en caso contrario podremos tener problemas de temperatura. En este sentido también influye el flujo de aire, y para potenciarlo debemos mantener el interior del equipo lo más limpio posible. Esto incluye reducir el cableado y los obstáculos que puedan dificultar la entrada de aire frío y la salida del aire caliente.

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